LA PALMA - Corrida de toros mixta

Todos a hombros

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Martín Núñez, Andrés Romero y Javier Jiménez, a hombros al finalizar el festejo en La Palma del Condado. (FOTO: Arizmendi)
Martín Núñez, Andrés Romero y Javier Jiménez, a hombros al finalizar el festejo en La Palma del Condado. (FOTO: Arizmendi)

El diestro sevillano Martín Núñez se ha hecho matador de toros esta tarde en la plaza portátil instalada en La Palma del Condado, que volvía a tener toros tras casi veinte años desde el último festejo. Tarde muy completa del padrino, Javier Jiménez, que cortó cuatro orejas. El rejoneador onubense Andrés Romero se llevó un rabo. 

LA FICHA

TOROS: Se han lidiado toros de Luis Albarán para rejones y de Las Monjas para lidia a pie; nobles en distintos grados. Ovacionados todas las reses en el arrastre. Toro de la alternativa: ‘Zaque’, número 19.

ACTUANTES: El rejoneador Andrés Romero, dos orejas, y dos orejas y rabo.

-Javier Jiménez, dos orejas y dos orejas tras aviso.
-Martín Núñez, que tomaba la alternativa, una oreja y dos orejas.
 
INCIDENCIAS: Casi lleno.

 

Martín Núñez, Andrés Romero y Javier Jiménez, a hombros al finalizar el festejo en La Palma del Condado. (FOTO: Arizmendi)
Martín Núñez, Andrés Romero y Javier Jiménez, a hombros al finalizar el festejo en La Palma del Condado. (FOTO: Arizmendi)

José Luis Arizmendi.-

     Casi veinte años han tardado en volver los toros a la localidad onubense de La Palma del Condado y lo ha hecho de forma triunfal en un festejo mixto, donde todos sus actuantes abandonaron la plaza portátil a hombros de los capitalistas. El toricantano Martín Nuñez, con tres orejas; su padrino, Javier Jiménez, con cuatro trofeos; y cerrando el cartel el rejoneador de Escacena del Campo, Andrés Romero, con cuatro orejas y un rabo.

     Abría la tarde un toro de Las Monjas de escasa presencia y juego, noble pero con poca fuerza. El toricantano Martín Núñez no se confió con él en el recibo de capote. Tras recibir los trastos de su padrino Javier Jiménez, brindó la muerte de su primero a su padre, que se encontraba en la barrera junto a Curro Romero. Una faena aseada y a media altura para no obligar al burel, que seguía con celo el engaño, basada en la mano derecha. Por el izquierdo era más complicado porque se colaba; en el momento que lo intentó lo cazó y le propinó una voltereta sin consecuencias.

     En el segundo de su lote, un toro de mejor condición y más presencia que su hermano, lo recibió con gusto y temple con el capote, jugando los brazos con cadencia y ritmo, llevando a su antagonista empapado en el trazo. Lo brindó al Faraón de Camas, Curro Romero y se gustó en el manejo de la pañosa, con tandas en redondo templadas y de buen corte. Un enemigo que repetía y permitía enjaretar una faena jaleada por la grada. Una tarde que recordará con agrado el toricantano.

     Javier Jiménez, ha estado toda la tarde muy metido en el festejo, pendiente de todo y atento a cualquier incidente. Se llevó un lote noble y de aparente buena condición, pero al que no se le podía perder la cara. Un pitón izquierdo el de su primero que no permitía ni una duda y que a la más mínima intentaba cazar al torero. Fue su mano derecha la que enjaretó una faena de mucho calado, meritoria y de buen concepto. Tiró de su enemigo y éste respondió con embestidas francas y metiendo la cara. Una fulminante estocada colocó las dos primeras orejas en sus manos. Fueron otras dos orejas las que logró del segundo de su lote, al que comenzó lanceando a la verónica para desengañarlo y enseñarle los caminos, rematando los lances con una revolera. Con la muleta estuvo sobrado, firme y muy torero. Tandas rotundas en calidad, ligazón y temple fueron los argumentos ante su segundo enemigo. Otra puerta grande para sumar en este año de su alternativa.

     El rejoneador onubense Andrés Romero no se quedó atrás y trajo a todas las estrellas de su cuadra para este compromiso y no defraudó. Hizo las delicias del respetable con la monta y la ejecución de las suertes con sus estrellas Bambú, Cantú, Conquistador, Bavieca, Cheke, Chamán, Perseo y Ben-Hur. De mejor condición su primero y más peligroso y con ‘guasa’ el segundo. Ante ninguno de ellos cambió su concepto y sus formas de ejecutar las suertes, de verdad, de frente, dando los pechos de sus cabalgaduras y clavando en todo lo alto con ceñidos quiebros y piruetas. Reunidas las banderillas cortas en un euro antes de poner punto y final a su primero de un eficaz y certero rejón. En su segundo precisó echar pie a tierra para descabellar de un certero golpe de cruceta.


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